El Día de la Conspiración trajo consigo consecuencias, una de ellas alejar la magia de la mayoría del mundo para evitar un uso destructivo y malévolo. El Consejo de Seguridad tiene el deber de mantener el orden, y la piedad no es una cualidad que les distinga. Las altas esferas de los magos saben de Coco y los rumores en torno a ella, y al igual que los del Sombrero del Ala, no la pierden de vista.
Me parecen interesantes las dos caras de una misma moneda que son Agete y Riche: la primera está ansiosa por hacerse adulta y demostrar lo que vale; la segunda desea mantener su esencia, hacer lo que le gusta, mantenerse niña para siempre. Son dos maneras opuestas de afrontar el problema de la madurez, la búsqueda de la propia identidad que iniciamos cuando dejamos de ser niños y empezamos a ser "la nada" camino de ser adultos. Es el inicio de dos líneas argumentales del manga que espero se desarrollen en los próximos tomos. Tengo especial interés por Riche, hasta ahora la que ha mantenido un perfil más bajo entre las alumnas de Qifrey.
Y hoy, en un nuevo episodio de "Por qué me flipa tanto el dibujo de Atelier of Witch Hat"... El vestuario. Su diseño es asombroso, inspirado en la Edad Media y el Renacimiento, con mucho vuelo y bordados complejos; la ropa está detallada de una manera que parece simple, pero una mirada más pausada expone su minuciosidad. Los ropajes reaccionan a la perfección al movimiento de los personajes y el viento, la cantidad de pliegues y sombras le dan "peso" a la tela, se sienten reales. No soy capaz de concebir la capacidad de la autora para hacer un capítulo de 30 páginas al mes con ese nivel de detalle sin tener un descuido.
Lo mejor: La primeras pinceladas sobre Riche; la química entre Coco y Tartar; por supuesto, el extraordinario dibujo que no deja de sorprenderme.
Lo peor: Nada avanza demasiado, más allá de la breve aparición del Sobrero de Ala.
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