Tatara Fujita es el típico pringado imán para los matones, que no destaca en nada ni sabe qué hacer con su vida. Un tipo extraño con casco lo salva de recibir la enésima paliza y se lo lleva a la rastra a una escuela de bailes de salón. Este nuevo mundo que descubre se convertirá en la salida de su bloqueo vital.
Cuando descubrí las espectaculares ilustraciones de esta serie decidí darle una oportunidad... Y me enamoré. En apenas un par de tardes devoré todos los capítulos en scans y ahora me los bebo en papel deleitándome con el magnífico dibujo de la autora, con ese trazo fino y el increíble dinamismo de las escenas de "acción".
Como buen spôkon que es, este primer tomo es muy introductorio, presenta al protagonista y a la heroína, un rival inalcanzable y a un profesor excéntrico y con la mano muy larga. Eso sí, muy pronto entran en escena las competiciones para que Tatara sienta el gusanillo y se impregne de la pasión por esta disciplina tan dura y sacrificada pero a la vez bella y estética.
Quién me iba a decir que disfrutaría como un enano con una historia relacionada con bailes de salón. Yo, que soy más soso que una calabaza y se me dan de pena estos menesteres. El manga es algo maravilloso, me ha dado a conocer tantas cosas que nunca pensé que me gustarían...
Lo mejor: el extraordinario dibujo; la evidente pasión de la autora por los bailes de salón; los gags humorísticos, muy divertidos y espontáneos.
Lo peor: es un tomo introductorio, para ver a Tatara bailar "en serio" hay que esperar un poco.
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