domingo, 21 de abril de 2019

Cinco mujeres y un destino

5-toubun no Hanayome


Las deudas asolan a la familia de Fuutaro Uesugi, un aplicado estudiante de Bachillerato un poco huraño al que no le gusta perder el tiempo con otra cosa que no sea estudiar. Para intentar pagar esas deudas, acepta un trabajo como tutor de unas quintillizas compañeras de su instituto, iguales pero a la vez muy diferentes, que odian estudiar y le pondrán las cosas un poco difíciles.

Un chico y muchas chicas a su alrededor. Esta fórmula tan explorada y cuyas "reglas" nos sabemos todos de memoria suele desembocar en productos entretenidos, carentes de ambición pero también de malicia. Estos animes se apoyan fundamentalmente en su elenco de personajes, en especial en el femenino. 5-toubun no Hanayome tiene cinco pilares fuertes y robustos en las quintillizas, unas chicas carismáticas, iguales en esencia pero muy diferentes en el detalle: Ichika es el arquetipo de hermana mayor y reflexiva que conoce a sus hermanas como la palma de su mano, Nino es puro temperamento que no le pasa una a Fuutaro, a Miku es imposible no quererla, Yotsuba es un culo inquieto lleno de honestidad, Itsuki es leal y justa aunque le cuesta un mundo ser sincera. Las cinco aportan frescura y variedad cuando interactúan con un Fuutaro que encaja con gracia las ocurrencias de las cinco hermanas y que poco a poco consigue abrirse paso a la actitud defensiva que tienen al principio. 

Pero no es fácil gestionar a cinco chicas que podrían protagonizar una serie por sí mismas, que además son hermanas y comparten zona de acción y momentos con el protagonista durante la gran mayoría de los episodios. Ahí la serie se muestra bastante torpe, con un guion que no sabe enlazar con habilidad los momentos y en ocasiones ocasionando un anticlímax; por ejemplo, la gran revelación del octavo episodio -esas casualidades tan convenientes- viene tras una escena entre Fuutaro y Nino, la hermana en teoría más hostil, que se muestra extrañamente amable al final de la escena. Esa variación en la aptitud de cualquiera de las quintillizas hacía él es bastante común durante los doce episodios, y a veces genera confusión en el espectador. ¿Le cae bien o no? ¿Lo acepta o lo rechaza? A pesar de que ese desarrollo algo caótico forma parte del encanto de la serie creo que se podría haber gestionado mejor el tempo y el lugar para cada una sin perjuicio del resto.

Visualmente no es rompedora, pero sí muy bonita, con colores vivos y una fotografía llena de luz. Los diseños un punto exuberantes, de ojos grandes y llenos de vida y expresiones naturales casan con el espíritu de la serie. Las quintillizas se diferencian a la perfección y su imagen es un reflejo fiel de sus personalidades. Además, la serie se vale de bonitos modelos "chibis" para momentos de humor. Me hubiera gustado ver algo más de fluidez en la animación, pero aún así es correcta y no se aprecian bajones de calidad.

He disfrutado de Gotoubun no Hanayome, aunque la reseña me haya quedado un pelín negativa. Pero su errático ritmo la penaliza bastante en detrimento de otras opciones más equilibradas. Solo el choque entre el estudiante obseso y las cinco zopencas salva el conjunto y lo convierten en una serie simpática de ver. Eso y la gran pregunta -de respuesta más o menos previsible-: ¿Cuál de las cinco se lo llevará al altar?

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