miércoles, 3 de abril de 2019

Las sonrisas cotizan al alza

Egao no Daika


Yuki es la princesa del Reino de Soleil, protegida entre algodones desde su nacimiento. Idealista e infantil, pero de considerable talento para la estrategia. Stella es una eficiente soldado del Imperio de Grandiga que porta una sonrisa enigmática pero vacía. Sus naciones luchan de manera encarnizada por la tecnología y los escasos recursos de un planeta agonizante. Esta es la historia de dos chicas que nacieron en un planeta muy, muy lejano.

Siempre es agradable encontrarse con series como Egao no Daika, series que pretenden romper con la dinámica actual de la industria y proponer algo que a parte de entretener busque transmitir un mensaje, un aviso mediambiental sobre las consecuencias del abuso de los recursos de un planeta. Me gusta esa renuncia al blanco o negro, al poderoso y vil enemigo esperando al final del camino; aquí hay dos países llenos de personas admirables y otras no tanto que luchan por sobrevivir y dominar un planeta de la manera que creen más correcta. Me gusta que el romanticismo de la batalla, de los ideales puros, se vea manchado episodio a episodio por la crueldad de una guerra que no respeta a nadie. Me gusta el elenco de personajes, lleno de personalidad y con unos roles bien definidos. Me gusta que los caminos tan dispares de las protagonistas lleguen al final a una misma conclusión, donde esos ideales y la cruda realidad se mezclan de una manera que pocos podríamos imaginar. Egao no Daika es una serie que en definitiva me gusta mucho en su concepto.

Por desgracia, a pesar de que es una serie que se puede ver y es más o menos satisfactoria, es un producto esencialmente fallido, que confunde el grano con la paja. Los doce episodios que la conforman son más que suficientes para contar esta historia, pero se sienten terriblemente desaprovechados. Toda la acción, toda la sustancia de cada episodio, ese gran giro de guion que sirve como acicate para el siguiente episodio se concentran en los diez últimos minutos. El metraje previo a esa explosión de acontecimientos no sirve para preparar al espectador, sino que es una especie de relleno que aporta muy poco a la trama principal. La mayoría de los cliffhangers de la serie están relacionados con la muerte de personajes significativos -nadie está libre de caer, tampoco importa el bando-, pero como la construcción se realiza en tan poco tiempo y de manera tan atropellada la mayoría de las muertes se sienten poco importantes, artificiales y obligatorias para mantener la serie con vida y provocar cambios a la fuerza en Yuki o Stella. 

Siendo evidente la pretensión de ser un anime relativamente serio y adulto, me sorprende la elección de unos diseños de personajes más propios de un shônen tradicional. El contraste entre Soleil (más pomposo y recargado) y Grandiga (más práctico e industrial) refleja muy bien el carácter de cada nación. Este contraste también se hace patente en los diseños de los mechas y la maquinaria de guerra, incluso en los colores predominantes. Se ha hecho un gran trabajo en ese aspecto. Yo solo hubiera optado por algo menos infantil para Yuki, pero probablemente la personalidad idealista e inocente de la princesa "obligaban" a optar por ese diseño.

Egao no Daika es una serie necesaria que por desgracia no ha sabido gestionar las grandes cualidades e ideas de las que goza. No obstante, un visionado cauteloso, una mirada a esas grandes virtudes no es nada desdeñable. Como he dicho antes, animes como este hacen mucha falta.


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