Este es un tomo de "entreactos" en el que Kôsei comienza a preparar el Concurso Maibô en el que la lianta de Kaori lo ha arrastrado a participar. Y sigue lleno de dudas porque no sabe cómo afrontar a Chopin y Bach ni su vuelta al escenario como solista tras años en el dique seco. Pero todas esas dudas sacan a relucir a una Kaori decidida, resuelta y a veces un poquito despiadada que hace las delicias de los lectores. Además, hay dos rivales que esperan impacientes la vuelta del chico, otro par de extraordinarios secundarios que muestran al Kôsei genio del piano.
No obstante, me quedo con la parte que se centra en Tsubaki, esa parte que deja patente que la 'amistad de infancia' es un arma de doble filo. La chica ha visto cierta chispa entre Kôsei y Kaori en sus miradas y en el sospechoso celo de la violinista que parece crear un abismo con su amigo difícil de salvar. Y no sabe muy bien qué quiere o espera de él, ni de ese senpai que bebe los vientos por ella. Tsubaki me parece un personaje muy interesante y aprovechable lastrado por ese papel de amiga de la infancia. Está muy cerca de Kôsei pero a la vez muy lejos.
El próximo tomo promete ser muy interesante con la actuación de Emi y la "visión" de Kôsei.
Lo mejor: Las palabras bajo la Luna; las manos que se tocan bajo frases de Snoopy.
Lo peor: Que termina en lo más interesante y quiero más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario