martes, 2 de febrero de 2021

Magnesio. Pies de gato. Corazón

 Iwa Kakeru! Sports Climbing Girls


Konomi Kasahara dedicó los años de secundaria a los videojuegos de puzles de manera casi obsesiva, hasta el punto de ganar diversas competiciones. Una vez en el bachillerato se enrola en el Club de Escalada Deportiva, deporte que en ciertos aspectos le recuerda al mundo de rompecabezas que dejó atrás.

Es costumbre adoptada por la gran mayoría de los mortales adoptar una actitud tensa y escéptica ante un anime deportivo monopolizado por féminas adolescentes, una probable fuente de fan service facilón, con el deporte de turno como excusa tonta y superficial para robar a sus personajes planos mal disimulados de sus cuerpos. Todos esos elementos eran posibles en Iwa Kakeru!, el que no viniera del manga, probablemente tenía muy a mano escoger la opción de pasar de largo.

La gran suerte que nos toca en estos tiempos es la instauración de otra costumbre que cada vez nos sorprende menos, la aparición de series deportivas de chicas que se toman en serio a sí mismas y al deporte que las ocupa. Iwa Kakeru! forma parte de ese selecto grupo, incluso más que eso, sabe encontrar un equilibrio agradable y conjuga todas las cualidades que la definen. Quiere ser un spôkon serio, llevándonos de la mano para mostrarnos con rigor y sencillez la escalada deportiva, enseñarnos sus reglas escritas y no escritas, el esfuerzo y el compromiso necesarios para llegar a lo más alto. También quiere ser recordado, y pretende conseguirlo virtud a un elenco de personajes llenos de carisma, cuyas personalidades, con un toque perfecto de caricaturización, se complementan entre ellas, ya sea como compañeras, rivales o ambas cosas. Tampoco renuncia a esa pizca de picardía al recurrir no solo a esa divertida y ya mencionada caricaturización de las chicas (es genial toda esa parafernalia de apodos), sino al físico imponente y flexible de estas, pero siempre como medio para poner en valor la práctica de la escalada deportiva.


Así, nos encontramos con una serie muy sólida en general, con un principio y final claros y satisfactorios. No obstante, es una serie incompleta en el medio, no porque su desarrollo sea malo, todos los pasos necesarios e ineludibles están ahí y bien ejecutados, sino porque todos esos elementos que tiene y he ido comentando a lo largo de este texto están tristemente infrautilizados. A lo largo de los episodios, nos van presentando una serie de rivales carismáticas y que sugieren la posibilidad de arcos y rivalidades increíbles, pero el ritmo es tan alto y el tiempo tan escaso que la mayoría apenas tienen unos instantes para lucirse, mientras que otras directamente desaparecen tras su puesta de largo. Es especialmente doloroso el caso de la araña Iwamine, o el protagonismo menguante de la capitana Sayo, en parte disculpable al tener, en mi opinión, el momento más emocionante y bonito de la serie. Me hubiera gustado ver un duelo directo y a cara de perro entre las tres damas de la escalada, o una evolución más progresiva de las habilidades de Konomi para que su duelo con Anne Kurusu, la némesis por méritos propios de la serie, tuviera un extra de coherencia. Este es un problema heredado del manga que adapta, de solo 4 tomos, hasta el punto de tener que recurrir a parte de su secuela, Try a new climbing (todavía en curso), para tener un final cerrado.

En el plano visual, es evidente que es un anime de producción modesta, pero también se nota el cariño y dedicación de BLADE para suplir la falta de presupuesto. Allí donde de verdad importa, en la escalada, es donde el estudio pone toda la carne en el asador. La animación de las escaladoras es fluida cuando se puede, y cuando no es necesario recurre a planos fijos desde ángulos imposibles. Hay un especial esmero en el dibujado de las chicas en acción, definiendo la musculatura de brazos y espalda para hacer patente el esfuerzo al que sus cuerpos se están sometiendo; hay planos de Konomi al final de la serie especialmente bonitos y sugerentes, que combinan muy bien la definición de su musculatura con la elección de fotografía. Desde luego, se le podría pedir más, pero tampoco demasiado.

Iwa Kakeru! iba para anime chorra subido de tono pero se ha quedado en spôkon decente y muy disfrutable. El regusto amargo de la infrautilización de muchos de sus recursos no son óbice para no disfrutar de su visionado si no se ha hecho ya. Conocer un nuevo deporte, rodearse de chicas guapas y fuertes, saborear la satisfacción de llegar a la cima. Pocos planes mejores que ese.

2 comentarios:

  1. Sí, uno siente que nos han robado una batalla de las grandes damas... había mucho potencial ahí (ese momento loco en el que nos presentan tropocientos personajes con sus apodos que luego desgraciadamente no explotan) y la serie saltó demasiado rápido al duelo con la princesa que no terminaba de funcionar por lo "maligno" de esta y porque se hacía extraño en si que Konomi y las suyas pudieran plantear batalla a alguién así.

    pd: y faltaba un epílogo con la niña megaescaladora entrando como kohai en el instituto XD

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    1. Es una serie muy disfrutona, pero incompleta en muchas fases. El salto tan abrupto al duelo con Kurusu supongo que tiene más que ver con la necesidad de cerrar el anime ante la imposibilidad de otra temporada.

      La secuela está abierta, así que no descarto que el momento de Kikuko entrando en el club es una posibilidad. Un reemplazo perfecto para la presi.

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