lunes, 13 de abril de 2020

La fórmula más difícil

Rikei ga Koi ni Ochita no de Shoumei


En el laboratorio Ikeda de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Saitama, todo intenta explicarse de manera racional y científica. No obstante, Himuro y Yukimura, dos miembros de dicho laboratorio, se han encontrado con un escollo difícil de cuantificar: el amor que sienten la una por el otro. La ciencia está enamorada y ha llegado el momento de demostrarlo.

El amor es una de esas cosas intangibles e inexplicables que envuelven nuestra vida sin que lo pidamos y/o queramos, pero que aceptamos como parte del juego y vivimos con ello. El hecho de que un par de científicos, tan inteligentes en sus campos como ineptos en comprender sus propios sentimientos, intenten demostrar el amor midiendo niveles de oxitocina o con complicados modelos estadísticos se convierte en el mayor atractivo de RikeKoi. ¿Por qué? Porque sabemos que no lo van a conseguir y aún así lo van a seguir intentando, porque en cada experimento que hacen se enamoran más y acaban más confusos. 

Así avanza la serie durante doce episodios, de experimento en experimento, con Himuro y Yukimura a los mandos y con la intervención del resto de integrantes del laboratorio, unos arrastrados y resignados, otros para divertirse y de paso agitar su propia historia. Es evidente que una vez superada la sorpresa inicial la serie va de más a menos y se vuelve más rutinaria, pero intenta compensarlo introduciendo a la otra "pareja" de la serie, Ibarada y Kosuke, o llevándose al grupo de viaje para hacer el típico episodio playero. Entre broma y broma, también introduce explicaciones detalladas y amenas sobre los experimentos que llevan a cabo, con especial énfasis en modelos estadísticos. En ningún momento la ambientación universitaria queda en el olvido, nuestros chicos pueden ser unos bobos y contar con una cierta caricaturización en sus personalidades, pero siguen siendo personas inteligentes, estudiantes de posgrado con un alto nivel de preparación. El hecho de que la historia se desarrolle en un ambiente adulto como es el campus de una universidad supone un cambio de aires agradable y siempre bienvenido, no toda la emoción de la vida se acaba en la adolescencia. 

El diseño de personajes es el otro gran atractivo de RikeKoi, y es de justicia pararse en el trío de féminas del laboratorio -maravilloso e inspirador que haya mayoría femenina en un laboratorio de ciencias-: Himuro, Ibarada y Kanade son simplemente maravillosas cada una a su manera, pero transmiten un atractivo adulto muy difícil de ignorar; se nota que al autor le gusta la sofisticación y tiene cierto fetiche por las medias. La animación raya a gran altura y no necesita más, pero le falta un punto para ser excelente. Es un producto muy agradable de visionar durante todo su metraje, toma prestadas las portadas del manga para el opening y el ending y recrea con fidelidad el estilo de la obra original.

RikeKoi es un anime sólido y divertido que se disfruta a poco que uno guste de las comedias románticas donde los personajes refuerzan sus sentimientos poniéndose a prueba una y otra vez. Tal vez no haya sido capaz de demostrar que la ciencia se enamoró, pero sí que por muy inteligente que seas el amor siempre te llevará varios cuerpos de ventaja.

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