miércoles, 4 de octubre de 2017

Menos mal que no cerraron el instituto...

... porque a ver dónde iban a meter las alpacas. 


Love Live! School Idol Project 2


¡Otonokizaka se ha salvado del cierre! A pesar de quedarse a las puertas de Love Live!, la popularidad de
 μ's ha bastado para que las solicitudes de ingreso al instituto crecieran como la espuma. Con la misión cumplida, nuestras chicas ya pueden seguir con sus tranquilas vidas de estudiantes... ¡Un momento! ¡Paren las rotativas! ¡Se va a celebrar una nueva edición de Love Live! No hace falta que se lo digan dos veces a nuestras musas. ¡Toca ganarlo!

Sigue sonando ridículo, pero menos. De todas maneras, no os engañéis por la extensión de las reseñas de Love Live! ni por mi simpatía y benevolencia hacia la serie, porque es normalita, muy normalita. No es una obra maestra, incluso está lejos de ser una buena serie, y es mejor acudir a su visionado (si sois lo suficientemente valerosos para arrojaros sin red a este submundillo) con la expectativa a la baja. Eso sí, podemos estar agradecidos de que el tema del instituto haya quedado cerrado para la eternidad. La premisa era hilarante incluso en este universo de school idols.

El punto y final a la trama de la clausura del instituto permite a esta temporada correr por otros derroteros más fumables para el espectador, como centrarse en las chicas y la amistad que las une, sus miedos y sus idiosincrasias; para dar, en definitiva, ese momento que a muchas les faltaba, como Rin y Nico. Ahora bien, la primera parte de la serie centrada en esos menesteres es terriblemente irregular, alternando momentos geniales -esa divertida conversación sin palabras de las pasadas de peso Honoka y Hanayo- con otros que sinceramente no tienen ni pies ni cabeza -el episodio de Halloween y la búsqueda de impacto a través de disfraces y cambios de personalidad-. Pero para sorpresa de todos esa irregularidad se disipa en la recta final de la serie.

Todo empieza con un pequeño regalo de Navidad de μ's para la diosa que creó μ's.


El descubrimiento del gran plan de Nozomi para unirlas a todas y ese regalo para ella -y para nosotros- que es Snow Halation inician un cierre de serie sorprendente en cuanto a coherencia y ejecución. Era de esperar un final más o menos chapucero con vistas al temido estiramiento de chicle pero no, Love Live! se arremanga y con la dosis justa y necesaria de melancolía prepara un final redondo que no consigue empañar ni las contradicciones de la serie que comenté en la reseña de la primera temporada (¿Por qué Nozomi, Eli y Nico deben abandonar? ¿Por qué no seguir todas juntas como idols de pleno derecho?) ni algún momento que da vergüenza ajena (esa batalla contra la ventisca hace daño a los ojos); un final que consigue acrecentar la simpatía por todas y que se siente natural y justo. El broche de oro lo pone la utilización en los dos últimos episodios de muchos spots del opening de la primera temporada, haciendo de este una suerte de premonición que en lo personal me ha parecido muy emotivo.

Respecto al apartado visual poco que contar, los diseños siguen siendo muy bonitos, las chicas lucen de fábula y se nota cierto refinamiento en el diseño de los vestidos de las actuaciones, aunque se perciben menos novedosos que antes. La animación tradicional mejora bastante con momentos de gran calidad y ausencia de bajones, pero como siempre la pega se encuentra en el CGI de los conciertos: sigue sintiéndose extremadamente raro y robótico a pesar de estar perfectamente integrado. Soy consciente de que animar a nueve protagonistas simultáneamente debe ser harto complicado y que la problemática se ha resuelto de la mejor de las maneras posibles, pero no es óbice para criticarlo y reclamar algo más de calidad en productos de este calado.

Tampoco puedo decir mucho de las canciones dada la similitud con las de la primera temporada y mi pobre oído para distinguir lo malo de lo bueno. Solo puedo decir que Snow Halation destaca sobre las demás, por su trascendencia en la serie y por el aire emotivo y melancólico que la envuelve. De todas maneras, a las seiyuus les sigue faltando mucho control sobre la voz al llegar a tonos altos a pesar de la leve mejoría que experimentan.

Ese final tan atinado mejora sobremanera la visión final de la serie, y sumando los momentos divertidos y el tono desenfadado uno no tiene la impresión de haber perdido el tiempo viendo 24 episodios repletos de purpurina, monería y Nico-Nico-niiiis. Pero todavía queda mucho camino, tanto como lo que den de sí las de Sunshine y el adictivo juegecito de tablet de marras. Compadecedme.

2 comentarios:

  1. Lo mejor de Love Live. Todo el arco final de la graduación es una preciosidad. Muy emotivo como reflejan la amistad de las chicas y el drama de su separación.

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    1. De tan bonito y tan bien hecho que está, sorprende. Esperaba cualquier chorrada en la línea de la serie. Ese episodio donde gritan su decisión mirando al mar y luego lloran a moco tendido en la estación de tren (con Nico que resistiéndose para luego ser la más llorona de todas) es impagable.

      Por esos últimos episodios vale la pena ver todo lo anterior, por muy chorra que sea la mayoría de la veces.

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