Saga Geralt de Rivia IV: Tiempo de Odio

Cuarto libro de la heptalogía del brujo y vuelta a las reseñas literarias después de mucho tiempo.

Todo se hace añicos.

De nada sirve que Geralt recurra a las amistades y al acero para intentar eliminar los peligros que acechan a Ciri.

Todo se hace añicos.

De nada sirve que la leoncilla de Cintra esté bajo la tutela de Yennefer y a las puertas de Aretusa para ser instruida en la hechicería y poder explorar y dominar su poder latente.

Todo se hace añicos.

De nada sirve un congreso de hechiceros lleno de hipocresía y bajeza política donde se libra una guerra de lealtades entre las distintas facciones que se reparten el mundo.

Porque al final todo se hace añicos.

En La Sangre de los Elfos había una calma tensa, una sensación de que algo grande e inevitable estaba a punto de pasar. Pues bien, toda esa calma tensa estalla en Tiempo de Odio. La guerra se ha desatado de la forma más cruel  y, como no podía ser de otra forma, Geralt y Ciri están metidos hasta el cuello en ella. Una por la importancia estratégica de su sangre real para los países beligerantes, el otro porque el mundo está empeñado en que la neutralidad y la adaptación no son una opción para los tiempos que corren.

Hace mucho tiempo que finalicé su lectura pero todavía tengo un gratísimo recuerdo de este libro. El congreso de hechiceros fue la ocasión perfecta para que Sapkowsky nos colara una lección magistral de historia mágica, aparte de lo delicioso de ver a un Geralt totalmente fuera de lugar. La tensión de la guerra, en el que la amistad y la lealtad brillan por su ausencia me pareció increíble. La travesía de una Ciri abandonada a su suerte me tuvo con el corazón en un puño.

Otra cosa que recuerdo son los diálogos, con los que disfruté como un enano. Afiladísimos, inteligentes, incluso me atrevería a decir que con mucha mala uva, sobre todo cuando Geralt tiene delante a alguien brillante para darle la réplica, ya sea Codhringer o Vilgefortz. Sapkowski echa el resto en ellos y le da un plus de brillantez al libro.

El tiempo del odio ha llegado para quedarse. Toca adaptarse o sucumbir a él. Tal vez solo sobrevivir.