Seguimos con vaquitas, pollitos y demás fauna granjera capitaneada por Hachiken.
¿Y qué pasa en este tomo? Muchas cosas, como siempre. Definitivamente damos carpetazo al "asunto Chuletón" y comienzan a abrirse un montón de frentes, el relevo en el Club de Hípica, los preparativos para el festival cultural, el torneo de béisbol... Y sobre todo está el asunto de Mikage y Komaba, que ambos intentan llevar con discreción y que a Hachiken, con lo pillado que está por la chica, tanto le interesa saber para poder ayudarla. El caso es que se lo va a poner difícil, Mikage tiene puesta una coraza bastante dura de romper. De todas maneras sabed que, si en el anterior tomo se le cayó el borrador, en este se le cae la croqueta, lo cual confirma nuestras sospechas sobre vosotros-ya-sabéis-qué.
Por otro lado, en la portada del tomo podéis ver al grupo de cazurros que protagonizan dos capítulos de transición memorables, de esos con los que no puedes parar de reír. Pero es que hay tantas cosas que te sacan una carcajada... Que si el hermano ladronzuelo, el elaborado método de estudio de Tokiwa, el sujetador de Mikage... Un no parar, en definitiva.
Es imposible que un tomo de Silver Spoon no te deje satisfecho al terminarlo o que un personaje te caiga mal. Se ha convertido en uno de mis mangas favoritos y el que con más ansias espero un nuevo tomo. La espera es una tortura.
Lo mejor: Lo bien que se está preparando lo que está por venir; los capítulos del "área 51"; a Mikage se le cae la croqueta.
Lo peor: No tener el siguiente tomo para leerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario