Monster #2: Cinco cucharadas de azúcar

Ese ritmo de lectura tan cochinero que me caracteriza se hace aún más lentorro cuando me tengo que enfrascar en un tomo de Monster. Heme aquí, orgulloso de haber finalizado por fin el tomo dos.

En este tomo Tenma sigue su persecución tras Johan a la vez que da esquinazo a la policía. Sigue reuniendo información sobre el chico y su hermana ya sea en la antigua República Democrática Alemana o en un bar propiedad de un líder de extrema derecha; pero cuantos más datos recaba más fuerte es el halo de misterio que rodea a Johan y más interrogantes aparecen en escena. ¿Por qué Johan hace lo que hace? ¿Quiénes alimentaron ese carisma tan monstruoso que posee?

En ese viaje el doctor conoce a muchas personas, bienintencionadas, malvadas, que se buscan la vida como pueden. A unos los ayudará, de otros escapará por los pelos, alguno se unirá al viaje ya sea por afinidad o por interés. Y  mientras, Nina, Eva y el inspector Lunge siguen un camino que inexorablemente cruzarán con el de Tenma.

Buen tomo, puliendo tramas, evolucionando caracteres, aprovechando hasta el más mínimo elemento histórico de un período tan convulso y de cambio como es el de la Alemania reunificada. Poco o nada hay que se le pueda reprochar. Como siempre, me parece una lectura algo espesa, de muchísimas tramas que a veces cuesta seguir; pero no importa, no cuesta nada retroceder unas páginas para volver a leer un diálogo o admirar una expresión ambigua. Es más, se convierte en un placer.

Quiero darle prioridad a esta serie, no me parece bien llevar un ritmo de lectura tan arrítmico. No se lo merece.

Lo mejor: El excepcional trabajo de documentación sobre la Alemania dividida y reunificada, y el perfecto encaje de elementos ficticios de la obra en esa realidad.

Lo peor: Puede ser una lectura pesada para algunos; que Tenma pueda parecer una persona demasiado virtuosa.