jueves, 11 de junio de 2020

El factor Trigger

BNA - Brand New Animal


Anima City es una ciudad concebida como refugio de los hombres bestia frente al odio y la violencia de los humanos. Sin embargo, Michiru, una humana que se ha convertido en un tanuki que huye a dicha ciudad, descubre que esta está muy lejos de ser un paraíso. Tras cruzar caminos con Shirô Ogami, un lobo justiciero que desprecia a los humanos, tratará de indagar en su pasado y sus misteriosas nuevas habilidades como mujer bestia.

Trigger es un estudio que me gusta mucho, eso es algo que nunca me he molestado en ocultar. Desde su fundación, me ha regalado algunos de los animes que más he disfrutado en los últimos años, pero también otros que han traicionado mis expectativas y me han defraudado. Curiosamente, estos últimos son los proyectos más ambiciosos a la vista, donde los aspectos más genuinos del estudio palidecen frente a otros elementos más modernos y arriesgados; proyectos en los que se intuye un esfuerzo económico enorme, incluso al punto de unirse a otro estudio de gran prestigio para hacer realidad esa idea. El otro grupo opuesto al mencionado es ese pequeño reducto de animes que representa a mi juicio la parte más pura y genuina de Trigger; ese grupo tiene en BNA un nuevo miembro en sus filas.

Porque lo genuino de Trigger está en una manera de contar historias, mezclando seriedad y ligereza con tanta habilidad como acierto, no olvidando jamás su intención de entretener, pero tampoco la de dejar su mensaje, de mostrar la fortaleza y debilidad de las personas ante la vida y su dificultad. Lo genuino también se encuentra en ese apartado gráfico marca de la casa, con colores sin brillo, incluso sucios, rememorando épocas pasadas pero no tanto; con escenarios enormes donde se juega constantemente con la perspectiva para volverlos más monstruosos si cabe o para conseguir un ángulo de cámara atrevido; está en esos diseños de personajes de ojos enormes y expresividad exagerada, dispuestos a la deformación llevada por el humor o la ira; reside en una animación al servicio de la historia, con un tratamiento excelso de las partículas y la luz, y a esa premeditada falta de frames para fortalecer los sketches cómicos. Todo eso forma parte de BNA, y te hace ilusionarte al encontrarte con una posible joya a guardar y rememorar de cuando en cuando.

Sin embargo, pese a contar con todos esos atributos que la hacen candidata a gran serie, no puedo recomendarla porque es un vasto océano con la profundidad de un vaso de agua. Hay una cantidad ingente de frentes y temas la mar de atractivos por los que la serie pasa de puntillas o directamente ignora. No se aborda con suficiente profundidad la contradicción de una ciudad que puede ser vista como un refugio para una parte del mundo, pero también como un gueto en el que encerrar a una porción de la población 'incómoda' para el resto; se tarda demasiado tiempo en poner en escena el hilo principal de la serie y se resuelve prácticamente en un par de episodios, me refiero a lo relacionado al factor bestia y las razones que llevaron a Michiru a adquirirlo. En ese mismo problema se encuentra el antagonista, cuya tardía aparición y casi inexistente desarrollo hacen que su gran revelación sea anticlimática y poco creíble. Me apena la cantidad de personajes grises con los que cuenta la serie -la alcaldesa y sobre todo Nazuna- que se ven atropellados por las prisas de la serie por acabar y cuyo desarrollo queda en agua de borrajas. Todos estas vicisitudes me hacen pensar que BNA estaba concebida para ser una serie más larga, pero que acabó conformándose con cumplir el expediente y ser una serie entretenida pero carente del más mínimo atisbo de ambición.

No, no puedo recomendar BNA, le falta mucha chicha para ser ese anime que muchos esperábamos, pero es un recordatorio para los fans de Trigger de que su esencia sigue ahí, lejana al olvido, a la espera de una oportunidad de volver a lucir músculo en este medio que tanto amamos.

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