viernes, 6 de octubre de 2017

Convertir el cero en uno

Love Live! School Idol Project: Sunshine!!


Chika se considera la estudiante más normal del mundo. No destaca en nada, no siente especial interés por nada y su vida transcurre por los cauces de la normalidad más normal. Pero un día descubre en la gran ciudad que un grupo de chicas de lo más corrientes fueron capaces de brillar como pocas personas pueden hacerlo: las campeonas de la segunda edición de Love Live!, μ's. Si ellas pudieron hacerlo, ¿por qué no Chika? ¡Decidido! ¡Se convertirá en una school idol!

Una vez que las chicas de Otonokizaka dieron de sí todo lo que pudieron, era evidente que no iban a dejar morir una franquicia de la envergadura de Love Live!. El concepto caló entre el público, se vendía merchandising como rosquillas y la gente tenía ganas de más. Mucho más. La solución, buscar a un nuevo grupo de chicas y empezar de cero con mucho más presupuesto y con un legado tras de sí que bien tratado podía seguir dando pingües beneficios.

Ese legado, el legado de μ's, está muy presente a lo largo de toda la serie. Sunshine!! es una serie muy contemplativa, no solo porque Honoka y cía. sean la inspiración de muchas de las miembros de Aquours, también porque este spin-off hereda muchas de las características de su predecesora. Tanto virtudes como defectos. Se vuelve a recurrir a un grupo de 9 chicas que, en mayor o menor medida, se parecen o comparten una característica principal con las anteriores. La trama se centra con acierto en ellas y sus vicisitudes, pero no se logra una cohesión perfecta del grupo; además, el fantasma del cierre de instituto (hay que ver lo que les gusta a los japoneses chapar sus centros educativos) reaparece para aportar un dramatismo innecesario e inocuo; tan pronto como se plantea el problema, este pasa a un décimo plano como mínimo, es como si se hubieran dado cuenta inmediatamente que la idea era un error. Hubiera sido mucho más interesante darle más cuerda a la parte de las de tercero, ahondar un poco más en su fracaso y no cerrarla de manera tan abrupta, a mi parecer. Sin embargo, esta trama es un arma de doble filo porque aunque aporta riqueza a la serie y suscita interés por ellas, a la vez las aleja un poco del resto del grupo, la mala experiencia las pone más a la defensiva, las hace parecer que están de paso.


El fracaso es, en efecto, un elemento muy presente en la serie. Aquours no tiene una progresión endiablada como grupo. A pesar del talento y las ganas y el esfuerzo, las nueve no dejan de ser unas pringadas que viven en un pueblucho de costa donde eso de las idols es una cosa muy lejana. Y fracasan. Y la serie en ocasiones es hasta cruel con ellas porque las alienta a ser como 
μ's para al final decirles que copiarlas no solo no sirve de nada, sino es hasta contraproducente. Puede que suene mal, pero he disfrutado mucho viendo cómo se frustraban, cómo sus intentos por brillar se iban al traste, porque al final sirven como punto de inflexión (ese cero doloroso) o para escenificarlos en una divertida última actuación y convertirlos en la más poderosa de las armas.

En definitiva, es una serie más refinada en todos los aspectos, tanto sus personajes como los sketches cómicos y dramáticos, con unas chicas mucho más equilibradas en carisma y poder de atracción. También en lo visual se da un paso adelante. Los diseños de personajes tienen un toque elegante que los distingue de la serie precedente y el paisaje costero tiene cierto aire inspirador e infinitas posibilidades. En la animación se nota la importante apuesta del estudio y la productora en el anime: animaciones fluídas, dibujos muy cuidados sin deformaciones, atención al detalle. El tema espinoso de esta franquicia, el CGI para los conciertos, experimenta una mejoría brutal: la iluminación y las sombras se asemejan más a las de la animación tradicional, los rostros son más expresivos, las animaciones menos robóticas (todavía se puede mejorar más, ojo) y lo más importante: se ha reducido mucho su exposición, se abusa menos de él en beneficio de la animación tradicional y los planos son más cortos para ocultar sus costuras. 

También parece mucho más inspirada la vertiente musical. Tanto la composición como la interpretación de las canciones tienen más oficio, son más "profesionales", a falta de un adjetivo más adecuado. Aunque me pasa algo curioso con el casting de las chicas, de hecho, justo lo contrario que con la serie original: como cantantes me parecen más que capaces, tienen la potencia necesaria y son eficaces, pero las veo muy verdes como seiyuus. Les cuesta mucho mantener el personaje (Ruby a veces pasa de una voz dulce de niña a otra mucho más madura) y sus interpretaciones no pasan de correctas.

No me preguntéis cuál de los dos grupos me gusta más, porque no tengo una respuesta. Es una cuestión de decidirse entre el romanticismo de las que lo empezaron todo o la evolución positiva de la franquicia con las nuevas incorporaciones. Es un logro a reconocerle a Aqours, que debía enfrentarse a un μ's que se ha rodeado de un aura de misticismo que lo ha aupado a la categoría de legendario en el universo school idol. Las de Uranohoshi van por buen camino para mirar a las musas frente a frente. La segunda temporada decidirá.

2 comentarios:

  1. Me gusta más que la primera temporada de la original, como dices, se nota un producto más refinado... y el ambiente costero le da una gran viveza a los colores que le sienta muy bien.

    Como curiosidad, cuando en la primera las que mejor me caían eran las de tercero, aquí es el contrario (solo salvo a Dia). Las de primero más o menos igual, me gusta una... es imposible no querer a Hanamaru. Las de segundo, que en la primera no me entusiasmaban, son aquí mis favoritas... y como son las protagonistas de la serie, es para mi un acierto el diseño de sus personalidades.

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    1. A mí me caen bien todas, ya sabes cómo soy :P Pero sí que coincido contigo en que Hanamaru se hace querer casi sin pretenderlo. Yo con Ruby me río mucho cuando juega al escondite con Chika, que es una suerte de Honoka contenida y algo más bobalicona (en el buen sentido). El trío primigenio es un buen trío amistoso muy bien trazado donde "compiten" la amistad de la infancia con esa amistad que surge a raíz de una conexión inexplicable. Creo que eso le da mucho atractivo a las tres, aparte de que también son un amor.

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