miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Qué significa ser uno mismo?

Barakamon



El eterno enfrentamiento gran ciudad-pueblo, tan usado en animes, mangas, novelas, series y películas. El chico de ciudad agobiado por una diminuta localidad donde todos se conocen o el pueblerino devorado por el ritmo implacable y la impersonalidad de una urbe urbana. Esa puede ser la primera impresión que transmita Barakamon pero, ¿es ese su pilar central?

Seishuu Handa es un joven maestro de caligrafía japonesa que tras agredir al director de una galería de arte que menosprecia su trabajo es enviado por su padre a una remota isla para que reencuentre la inspiración y su estilo. Allí Handa, que nunca ha salido de la ciudad y ha estado centrado en la caligrafía desde que tiene uso de rarzón, tendrá que lidiar con las incomodidades del campo y con los peculiares habitantes de la isla, especialmente Naru, la gamberra del pueblo.

Aquí tenemos a un pijo de ciudad, que no sabe hacer nada más allá de coger el pincel y escribir kanji, se encuentra en mitad de una isla intentando reencontrarse consigo mismo mientras soporta las inferencias de la gente del pueblo, muy amables pero pesados a más no poder; sobre todo los niños y los adolescentes, que se sienten intrigados y atraídos por alguien que procede de un mundo que les es tan lejano y desconocido. 

Las cosas simples suelen funcionar bien, y Barakamon no es una excepción. El día a día de Handa en un entorno totalmente opuesto a su personalidad, sus miedos e inseguridades durante la búsqueda de la caligrafía perfecta, su cabreo y resignación ante las ocurrencias de Naru, Miwa o Tama. Sorprende mucho que una persona tan cascarrabias y celoso de su intimidad como Handa consiga establecer un vínculo tan fuerte con los personajes jóvenes de la serie, no tardará ni medio episodio en sentirse a gusto con ellos, en compartir experiencias, juegos, clases magistrales de caligrafía... Él se siente genial con su compañía (aunque le cueste reconocerlo) y ellos siempre encuentran un momento para allanar su casa y jugar con él.


Pero si Handa establece un vínculo especial con alguien, esa es Naru. La pequeña granuja vive su niñez a tope; corre, grita, juega a todas horas, comete sus fechorías... Todas esas cosas a las que Handa renunció en pos de la caligrafía. A través de ella el maestro puede vivir esa niñez perdida, ver el mundo de una manera más pura e inocente para así poder expresarlo con su arte. Ese es para mí el leitmotiv de la serie, y no la manida lucha ciudad-pueblo: la búsqueda de la inocencia que la madurez y los años nos acaban arrebatando, y que es tan necesaria en toda manifestación artística, mucho más efectiva que encerrarse en un cuarto y contemplar durante horas un lienzo o unas hojas de papel en blanco.

No quiero dejar pasar la oportunidad para destacar la faceta de la caligrafía japonesa como arte. La escritura japonesa, que deriva de la china, no solo representa sonidos como por ejemplo nuestra escritura, sino que también expresa significado. Así, la perfección de la caligrafía y la experimentación con esta es un arte apreciado por muchos y contenedor de las emociones del calígrafo.

En resumen, una serie con mucho humor, complicidad y ternura, técnicamente cuidada y con un opening del que uno no se cansa ni de ver ni de escuchar. Como he dicho antes, no se trata de enfrentar a la urbe y al campo, sino de poner frente a frente el gris de la madurez contra el arco iris de la niñez.


6 comentarios:

  1. Gran reseña. Me encanta lo que comentas de la madurez y el estres contra la infancia y la despreocupación.

    Eso sí, no has mencionado a la madre, que se convierte en la estrella de la serie con apenas 1 episodio XD

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    1. Viniendo de ti el elogio a la reseña se hace gigante :)

      Para mí es el tema principal de la serie, el contraste pueblo-ciudad me parece un simple elemento más para completar la faceta cómica.

      Cierto es que no he dicho nada de la madre, y me duele en el alma pero, cosas del momento al escribir el texto, no encontré el momento. Absolutamente desternillante repartiendo estopa a todo aquel que osaba contradecirla XD

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  2. Buena reseña. Me ha gustado bastante este anime. Muchas risas con todos los personajes, y bueno el cambio que va dando el sensei me ha gustado mucho

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    1. Más que cambiar, el hecho es que comienza a ver la vida con otros ojos, a saborear esas pequeñas cosas que hacen la vida más imperfecta y hermosa.

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  3. Que tarde me paso por aquí... Que conste que la entrada me la leí hace unos días, pero últimamente todo son problemas que me alejan de blogger y, aunque la leí, no me dio tiempo a comentar. Espero que disculpes mi tardanza :)

    Que te voy a decir que no hayas dicho en ésta genial reseña, lo máximo que pude decir lo dije en mi reseña que se queda en pañales al lado de la tuya. Sabes que me encanta leer tus opiniones y, aunque en algunas no deje comentario por no conocer la obra, las leo todas. Ésta es la segunda vez que la leo y las dos veces me han venido momentos del anime a la mente. Para mí ha sido el mejor anime de la temporada y creo que la última frase de tu reseña recoge perfectamente el espíritu de la obra. Me ha encantado y algún día me tienes que contar el secreto para escribir reseñas tan buenas y profundas. ¡Genio!

    ¡Un abrazo! ^^

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    1. Un comentario nunca llega tarde ;)

      Si leyendo mi reseña he conseguido que evoques fragmentos de la serie me doy por satisfecho. Yo lo tengo entre los tres mejores, pero ha sido una temporada excelente y no puedo decantarme por ninguno.

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