Comenzar de cero nuestro amor

Ao Haru Ride

Futaba detesta a los chicos porque son ruidosos, brutos y desagradables. A todos menos a Kou Tanaka, un compañero de clase del que acaba enamorándose. Pero el chico desaparece tras el último día del curso sin que pueda confesarle sus sentimientos. Años después se reencuentran en el instituto, pero Kou ahora se apellida Mabuchi y es completamente distinto al chico de secundaria que la invitó a ir al festival juntos. A pesar de eso, los sentimientos de Futaba no han cambiado y no puede evitar acercarse a Kou e intentar averiguar qué ha hecho que cambie tanto.

Ao Haru Ride es una comedia romántica de instituto. Ni más ni menos. Su guion está muy trabajado, pero no difiere en exceso de series del palo pasadas y por venir. Aun así, tiene una serie de particularidades, pequeñas pinceladas que hacen muy potente a esta serie. Una de ellas es la premisa inicial de un amor interrumpido antes de empezar y que queda en un punto difícil tras el reencuentro porque ambos ya no son los mismos de entonces. Otra es que aprecio un ritmo muy equilibrado en la evolución de la relación de Futaba y Kou, porque no son tan tímidos como para avanzar a paso de tortuga, pero tampoco lo suficientemente lanzados para acabar con la magia de la conquista del uno para con el otro.

Futaba me parece una gran protagonista, es espontánea, muy divertida y de una fortaleza increíble. Es ella la que lleva las riendas de la relación con un Kou más reservado y de gestos más aislados. Ahí está la gran fortaleza de este anime: la química que hay entre ambos. Son los dos polos de un imán, no importa la circunstancia ni el momento, están destinados a encontrarse, a mirarse, a hablarse. Toda escena que comparten -aderezada con una banda sonora preciosa- es mejor que la anterior, más emocionante, la compenetración entre ambos sube de manera exponencial. No lo hacen adrede, simplemente les sale así, sin quererlo.

Detrás de la pareja protagonista están Makita, Murao y Kominato, que cierran el grupo de amigos y que cuentan con su propia historia, que por desgracia no da tiempo a desarrollar en exceso en los doce episodios del anime, especialmente en el caso de los dos últimos. Fuera del grupo, Youichi, el hermano de Kou, observará y alentará a Futaba en sus intentos por derribar los obstáculos que la lleven a sacar a la luz a Kou, cosa que él no ha conseguido en todo este tiempo.

Hay dos cosas más que me gustaría destacar, una buena y otra menos buena. La menos buena es el pequeño bajón de calidad técnica que se aprecia en un par de capítulos de mitad de la serie. Siendo el tono general muy bueno, con una animación notable y un diseño de personajes muy fiel al original del manga, el hecho de que haya algo de deformación en los rostros de los personajes desentona mucho. La buena es el excelente trabajo de la seiyû de Futaba, Maaya Uchida, que le aporta mucha personalidad al personaje con su versátil voz. Llevaba mucho tiempo sin llamarme la atención ningún doblaje, pero este matiz de voz de Uchida (la he oído en otros trabajos en los que interpreta a personajes que me gustan mucho) me ha dejado prendado.

No me equivoco al decir que Ao Haru Ride es una de las series a las que más ganas tenía y que más me han gustado de este año. Y es que es un shojo tan bien parido que pasarme al manga es una consecuencia lógica y acertada para saber qué pasará a continuación.