jueves, 3 de octubre de 2013

La cobardía es la madre de la crueldad

Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai 2


Siempre pensé que Oreimo iba a ser una serie correcta, que una vez vista apenas recordaría e influiría en mi humor, que cuando me pidieran mi opinión sobre ella diría un escueto "se deja ver". Y no es que me arrepienta -del todo- de haberla visto, pero después de ver los especiales que daban carpetazo a esta adaptación de la serie de novelas homónimas las primeras palabras que articulé fueron:

¿En serio? ¡¿EN SERIO?!

El final no puede ser peor. Si el autor decide apostar por la ruta del incesto porque era más o menos el objetivo de la obra, tiene que ser valiente y llegar hasta el final; no quedarse en un "sí pero no". Porque entonces todo lo vivido, todo lo dicho, todo lo acaecido... ¿De qué sirve? Absolutamente de nada.

Al principio sentía lástima por Kyosuke, pensaba que era un final cruel para él, muy cruel. Pero luego he resuelto que su conformismo e idiotez por aceptar la petición de Kirino de ser novios solo hasta la graduación, tirando por la borda su vida amorosa por la borda y rechazando a un harén de chicas guapas y virtuosas cada una a su manera que bebían los vientos por él bien merecía ese final.

Lo de Kirino es lamentable. Jamás había visto una serie que se viera lastrada por su propia protagonista. Menuda niñata egoísta, egocéntrica y caprichosa. Su hermano ha estado durante dos años accediendo a sus absurdas peticiones y consejos; ha soportado sus insultos y desprecios, pero sobre todo la ha elegido a ella por encima de cualquier otra chica a sabiendas de las dificultades que se presentarían ante tal decisión. Y en vez de corresponder a la valentía de su hermano y liarse la manta a la cabeza para llegar hasta el final, decide hacerse la niña buena y vivir un efímero y casto romance con él para luego dejarlo y seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado a costa de enrarecer las vidas de los que la rodean, en especial la de Kuroneko. ¿De verdad no siente un mínimo de rubor por el daño que le ha hecho a la pobre chica?

Porque si el final de la serie ha sido cruel, despiadado y lacerante con alguien, esa es Ruri. Probablemente sea el sueño hecho realidad de todo otaku que se precie: guapa, inteligente, soñadora, amable, amante del cosplay, que dibuja sus propios doujinshis y que cuando se enamora lo da todo, absolutamente todo. El hecho de que sea rechazada me causa un dolor y una rabia indescriptibles. Su monólogo cuando Kyosuke corta con ella en el capítulo 14 y ese "o-tsukare-sama, senpai" que el chico imagina que ella le dice cuando está a punto de salir de la sala del club en el último capítulo -atisbo una sombra de arrepentimiento y cargo de conciencia en él- me han roto el corazón. De verdad de la buena.

Y una vez que todos estos acontecimientos nos han atropellado y dejado medio alelados, para poner la guinda sobre el pastel la hermana robanovios, el hermano siscom, la exnovia vilipendiada y la amiga de las gafas culovaso se reúnen en un restaurante para tomarse un café y hablar de animes como si nada hubiera pasado. Final amable para dejar contento a los fans que en realidad no deja contento a nadie. Es más, es casi insultante.

En resumen, Oreimo en su conjunto es una serie con buen planteamiento, un par de momentos y Kuroneko. No hay más. Eso y cobardía; una cobardía que se lleva por delante a uno de esos personajes que vale la pena conocer.

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