sábado, 27 de febrero de 2021

Microreseñas #1: Las últimas hojas del otoño

No siempre mis pensamientos y opiniones sobre algo tienen la suficiente entidad para convertirse en una reseña al uso, pero no por ello deben caer en el olvido como hasta ahora. Es tiempo de ser más flexible, para ello nacen las microreseñas. Pueden ser de cualquier cosa, y las considero reseñas canónicas a todos los efectos, pese a su extensión. En este estreno, os dejo con algunos animes de otoño del infausto 2020 que merecen un recuerdo, para bien o para mal.


Kimi to Boku no Saigo no Senjou, Aruiwa Sekai ga Hajimaru Seisen

Hay que ver la facilidad con la que caigo en este tipo de series, a veces por el potencial que suelen manifestar en sus primeros compases, otras porque simplemente disfruto de historias simplonas carentes de pretensiones. Aquí entraba en juego la baza de una relación de los protagonistas, Iska y Aliceliese, a lo Romeo y Julieta, miembros de dos países enemistados, ambos deseosos de una solución a un conflicto en apariencia irremediable. Aunque es un recurso utilizado hasta la saciedad, bien usado puede dar resultados más que decentes, explotar la diatriba de elegir entre el deber y el amor, las consecuencias de esa relación prohibida en las relaciones con el resto de personajes... 

Lo único que tengo claro es que el resultado es un desastre, un batiburrillo de ideas deslavazadas y pésimamente implementadas, donde los actos y las palabras de sus personajes entran en conflicto una vez tras otra, donde la sensación de un desarrollo improvisado de los acontecimientos es más notable a cada episodio que pasa. Ahora bien, no acabo de entender por qué la serie es fallida, y solo se me ocurren dos hipótesis: una, la propia obra original, una serie de novelas ligeras con pinta de típica y tópica, donde son mucho más importantes las ilustraciones que el propio texto, conforme con tener la calidad justa para ser leído hasta el final. La segunda hipótesis es el de una adaptación pésima, tan común en las novelas ligeras del montón, donde se intenta condensar todo el material posible, omitiendo detalles y, a veces, incluso alterando la cronología de los acontecimientos. Sea lo que sea, no es un anime recomendable bajo ninguna circunstancia.


100-man no Inochi no Ue ni Ore wa Tatteiru

De esta remesa de animes que estoy comentando, probablemente 100-man no Inochi sea el más interesante, pero también, en cierto sentido, el más decepcionante. Su primer episodio es fantástico, poniendo sobre la mesa a tres adolescentes muy diferentes en un mundo de fantasía con toques de videojuego, donde un extraño ser con media cabeza, que se autodenomina Game Master, les impone una serie de misiones a cumplir para poder volver al mundo real. El cumplimiento de las misiones, la asignación de profesiones, la necesidad de colaborar para sobrevivir... Todos esos factores sacan a relucir la personalidad y los traumas del grupo protagonista, los desnuda ante ellos mismos. Saca a la palestra temas como el acoso, la soledad, la alienación o la debilidad; y aporta respuestas a veces incómodas, otras políticamente incorrectas, materializadas esencialmente en Yuusuke, un chico asqueado del mundo y que encuentra en el "juego" una vía de escape para dar rienda suelta a su personalidad fría e indiferente. 

El problema es que la serie no sabe expandirse con inteligencia, merced a un ritmo errático, con tramos en el mundo real cuando menos extraños, y vaivenes entre el drama y el humor que resultan desconcertantes. No consigue elevar la tensión en los momentos que lo necesita, el peligro de muerte nunca llega a sentirse genuino y real. Así, 100-man no Inochi se queda a medias en su propuesta, aunque la segunda temporada en camino le da margen de mejora, no solo en la parte argumental, sino también en la visual, excesivamente discreta, con diseños un punto más infantiles de lo que sugiere la trama, y una paleta de colores demasiado simple. Lo he disfrutado y he sacado cosas muy interesantes, pero aún así el rastro de decepción ha sido inevitable. Cuestión de expectativas, supongo.


Noblesse

La gran y reciente popularidad de los cómics de Webtoon derivó el año pasado en una serie de adaptaciones animadas, de las que Noblesse fue la última en llegar. Noblesse comparte un vicio con muchos otros manhwas que he explorado, el de querer ser varias cosas a la vez: quiere ser una comedia estudiantil que explota el choque cultural de un protagonista proveniente de otro mundo y otro tiempo, atrayendo en el proceso al resto de personajes. Quiere ser un shônen de batalla de manual, con poderes molones y enemigos casi invencibles hasta la aparición de Raizel cual deus ex machina para vencer levantando una ceja. Y que no se me olvide su pretensión de explorar las intrigas palaciegas de una raza superior en las que, una vez más, el protagonista es el centro de los recelos y las simpatías de las distintas familias de nobles.

Noblesse quiere ser todo eso a la vez, y no le sale especialmente mal, pero tampoco especialmente bien. La cohesión de todas sus vertientes es complicada y pocas veces satisfactoria. Para mi gusto funciona mejor cuanto opta por el desenfado y el humor, sus peores momentos son cuando se sumerge en la parte política, bastante ridícula por momentos y muy mal resuelta, en parte culpa de una antagonista que se diluye como un azucarillo conforme Raizel se acerca a ella. La parte combativa es decente, pero le habría venido bien más músculo visual; de la trilogía de Webtoon, probablemente Noblesse es la más discreta en ese sentido. Es un anime bastante discreto y cumplidor, pero puede ser interesante como puerta de entrada al manhwa original. 


Kamisama ni Natta Hi

Jun Maeda es un tipo la mar de creativo y polifacético, capaz de idear historias originales y llenas de moralejas y mensajes entre líneas. Los primeros episodios de Kamisama ni Natta Hi son el mejor ejemplo de ello, están llenos de personajes divertidos y entrañables, de diálogos ágiles y potentes, de una capacidad innata para atraer al espectador. Pero el anime no es el medio adecuado para Jun Maeda, sus historias necesitan desarrollo, mesura, una inmersión completa del receptor. En definitiva, necesitan tiempo. La historia de Hina y Youta no es que necesitara al menos 12 episodios más para ser aceptable, es que necesita un cambio de medio, convertirse en novela visual. Así, se podría disfrutar más de todas esas aventurillas estrafalarias a la espera de la llegada del fin del mundo, desarrollar distintas rutas para explotar los atractivos diversos de las chicas; reforzar la relación de Hina y Youta para que la parte más dramática y emocional sea potente y se sienta orgánica. Aquí todo queda en un simple esbozo, un quiero y no puedo con algún momento que recordar, pero que deja un poso de decepción tremendo. Ni siquiera el gran trabajo de P.A. Works en la parte técnica puede tapar sus carencias. 

El renombre de Key y Jun Maeda seguirán apelando a mi curiosidad en el próximo proyecto que lleven a cabo, pero soy consciente de que el anime no es su elemento, y visto lo visto, nunca lo será. Más vale que se den cuenta pronto.

2 comentarios:

  1. Antes que se estrenara Kimi to Boku escuchaba muchas cosas buenas de esta y además que tambien tenia mucho fanservice, no se que tan mal tuvo que ser adaptada que ni siquiera recuerdo si habia fanservice, menos de 5 minutos de un "episodio playero"(?) fue lo más fanservicero que tuvo.

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    1. En su día busque las ilustraciones de las novelas ligeras y, aunque hay alguna que otra con las princesas y la capitana enseñando carne, está claro que el fanservice facilón no está entre las cualidades principales de la serie. Todo se centra más en la relación platónica de los protagonistas, pero al estar esta sustentada en una trama política tan mal llevada la serie nunca llega a funcionar.

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