sábado, 19 de abril de 2014

Las mil y una aventuras

Magi: The Kingdom of Magic


The Kingdom of Magic es la secuela directa de Magi: The Labyrinth of Magic. Tras la conquista de la celda de Zagan y un breve período de paz en Sindria los tres protagonistas separarán de nuevo sus caminos en busca de diferentes objetivos. Alibaba irá al Imperio Reim para encontrar una solución a su incompatibilidad con su equipo djinn y Morgiana al Continente Oscuro, la tierra natal de los fanalis. Pero el grueso de la serie se centrará en Aladdin y su experiencia en Magnostadt, buscando respuestas a inquietantes rumores que relacionan al país de los magos con la malvada organización Al-Thamen.

La primera temporada de Magi gozó de luces y sombras. Pese a la magnífica ambientación tomada de Las Mil y Una Noches, el gran equilibrio entre la aventura, la batalla y el humor y un grupo de personajes de gran atractivo como Simbad y su cohorte de seguidores, el clímax de la serie se alcanzaba demasiado pronto en el final de la saga de Balbadd. Los episodios posteriores son una cuesta abajo que adaptan mal la captura de Zagan y dejan un poco frío al espectador. También el anime se permitió ciertas libertades a la hora de reinterpretar la historia original, sobre todo al principio, y aunque puede ser comprensible el buscar agilidad y atractivo en la conversión al formato televisivo, la mayoría de lectores sintieron cierta incomodidad con dichos cambios.

Muchas de estas taras se corrigen en The Kingdom of Magic. Esta segunda iteración de Magi recurre al ideario más clásico del shônen para preparar el terreno de la gran contienda final: la separación de los protagonistas en búsqueda de respuestas y maestros, el inicio del entrenamiento, el mil veces utilizado y siempre efectivo salto temporal... En ese instante, Morgiana y Alibaba quedarán en un segundo plano y dejarán el peso de la trama a Aladdin, que secundado por sus nuevos amigos Sphintus y Titus, se encargará de conocer y dar a conocer las entrañas de Magnostadt, un país hecho por y para los magos, en apariencia utópico pero que encierra oscuros secretos que el magi quiere desentrañar mientras estudia todos los entresijos de la magia.


La razón de que gran parte de la acción transcurra en Magnostadt es porque se convertirá en el escenario del último tramo de la serie con la gran guerra que salpicará a todos los reinos que se reparten el mundo de Magi. Ahí entra en juego uno de los grandes defectos de esta serie, su verdadera esencia está en las aventuras, el descubrimiento y la adhesión de amigos allá por donde Aladdin y Alibaba pasan, no en las batallas puras y duras, que no son deficientes pero sí quedan por debajo de otras series y autores más habituados; en concreto, dicha guerra resulta arrítmica y mal planteada, a veces hasta cutre. Solo la aparición de un gran número de personajes poseedores de un equipo djinn, la mayoría presentados de manera progresiva en los primeros dos tercios de la serie, más alguna que otra revelación conseguirán salvar el final de la serie.

En los personajes existe una de las grandes virtudes de Magi. En la mayoría de series del palo los personajes femeninos son 'mujeres florero' que siempre necesitan de la ayuda de un príncipe azul que les salve la vida. Eso no es algo que les vaya a Morgiana o Kougyoku, por ejemplo. Aquí cualquier chica es capaz de luchar y estar a la par o por encima de un hombre. Otra cualidad inherente del elenco de Magi son los claroscuros en su personalidades e intenciones; no existe nadie genuinamente bueno o malo, casi todos ellos están teñidos de un gris más o menos intenso. Simbad, personaje carismático e interesante como pocos, siempre deja una tenue duda en cada decisión que toma; saber si lo que hace es por el bien común o encierra algún objetivo egoísta es una constante cada vez que hace acto de presencia. Hakuryuu, personaje de buenas intenciones a priori, parece abrazar la oscuridad a cambio de enfrentar un mal mucho mayor, un archienemigo sorprendente y común para casi todos que aumentará esa sensación de que nadie es tan malo como parece, especialmente en el caso de los miembros de la familia Kou.

Volvemos a la sombras al hablar del apartado técnico. Hay una involución respecto a la primera temporada, que estaba mucho más cuidada que esta. El empeoramiento general en la animación se hace muy palpable en casi toda la recta final del manga exceptuando los dos últimos episodios; el calificativo de cutre que empleé antes para definir la planificación y desarrollo del tramo final también se hace extensible en este aspecto. El diseño de los personajes sigue siendo bueno, pero los equipamientos djinn se han simplificado tanto en comparación al manga que crea cierta desilusión verlos en movimiento.

Con todo ello, Magi es uno de los grandes shônen de la actualidad. Esta adaptación animada cumple, a pesar de sus defectos propios y arrastrados del manga. Los fans del género tienen una cita casi obligatoria con esta serie por su humor, por una concepción del mundo tan interesante, por un grupo de personajes hechos para gustar y por una insaciable sed de aventuras al servicio de la amistad y la camadería. 

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