miércoles, 27 de abril de 2016

Your Lie in April #11: El abril en el que te conocí

Es el último compás.

Allí estabas frente a mí con ese vestido blanco que tan bien te sentaba, una horquilla sujetaba tu flequillo y tu radiante sonrisa enfrentaba a mi rictus de dolor. Ni corta ni perezosa, a ritmo de Again! apoyaste tu barbilla en el violín y rompiste el silencio como un trueno. "Sígueme", "déjate llevar", "sé tú mismo", decían las notas que salían juguetonas del violín. Y eso hice, deseando que ese instante fuera eterno, una balada infinita en la que solo fuéramos tú y yo. Pero la parte del violín se acaba, con ella la chispa de genialidad. Con los brazos extendidos y los ojos cerrados lanzaste el suspiro más bello que jamás oiré. Tu rostro reflejaba la gratitud y la plenitud, la lágrima que adornaba tu mejilla revelaba la tristeza. No voy a olvidarte. No quiero. No puedo. Te lo prometí.

Adiós.

Son doscientas páginas de pura emoción. La misma portada hace que nazca esa opresión en el pecho que los canelés, la nieve, el piano, el violín y la tinta sobre el papel se han encargado de mantener con absoluta maestría. La parte del concierto ha sido de una emotividad y delicadeza superlativas, lo trágico se ha tornado en pura poesía, en pura gratitud por la vida y por los pequeños momentos. Precisamente en esa parte y sobre todo con Kaori el autor ha echado el resto con un dibujo que no se puede calificar como menos que perfecto. Me ha sido imposible detener la lágrima mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción, ha sido un magnífico broche de oro para una serie fantástica.

Pronto la conclusión.

Lo mejor: la azotea del hospital; el último dueto; el amor sin ambages.

Lo peor: Tsubaki se queda en el limbo, sin respuesta.

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