Silver Spoon #10: ¡Joer, qué hambre!

La cuchara de plata alcanza la cifra doble. ¿A alguien le extraña? Esta serie es enorme.

Resulta que en invierno el hambre aprieta más que de costumbre y se pasan todo el santo tomo comiendo hasta que les sale la comida por las orejas. Si en el anterior mataron a los cerdos, en este los convierten en rico beicon y en ricas salchichas. Y también hay queso fundidito de ese que tanto me gusta... Se te hace la boca agua leyéndolo, oye. Aunque lo mejor de todo son las caras de satisfacción y los abrazos entre lágrimas de los personajes cada vez que prueban algo rico, rico.

Comilonas aparte, como siempre mucha variedad en el contenido: cuñadas rusas, salchichas pochas, tíos que no encuentran trabajo ni a tiros, venganzas crueles y sangrientas, encerronas y ánimos para un jugador de béisbol... Eso sí, de nuestra OTP Hachiken-Mikage no esperéis gran avance, que estos van a paso de tortuga como buenos japoneses que son.

Y como siempre, Silver Spoon está repleta de mucho, mucho humor. Es de las pocas series, ya sean mangas, cómics, novelas, etc. que consiguen sacarme una carcajada mientras la leo. Es difícil ponerle un "pero" a la serie porque es redonda en casi todo lo que hace.

Ya que la serie ha llegado al tomo 10, aprovecho para ponerme pesado de nuevo y recomendaros que os deshagáis de prejuicios y os animéis a probarla, es un shônen excelente que divierte, enseña y hace pensar; tiene buen dibujo y es obra de -en mi opinión- una de las mejores autoras en activo. Os aseguro que no os vais a arrepentir si le dais la oportunidad.

Lo mejor: La venganza de Nishikawa, comida a tutiplén, la cuñada rusa.

Lo peor: Que hasta el nuevo tomo estaré deprimido.