viernes, 13 de junio de 2014

Canción de Hielo y Fuego III: Tormenta de Espadas

Tercera novela de la serie de libros estrella de G. R. R. Martin de fantasía medieval. Este es un comentario muy a posteriori de la lectura, tal vez haya detalles que se me escapen. Procuraré que no sea así.

La Guerra de los Cinco Reyes sigue su curso. Robb Stark vuelve a Aguasdulces con numerosas victorias sobre los ejércitos Lannister y una esposa del brazo, rompiendo el pacto contraído con los Frey. A su llegada, el Rey en el Norte descubre que su madre, Catelyn, ha liberado a Jaime Lannister y puesto bajo la custodia de Brienne de Tarth para intercambiarlo por Sansa y Arya. El resto de los Stark continúa con su lucha por sobrevivir: Bran prosigue su viaje junto a Hodor, Meera y Jojen en busca de liberar su potencial como "cambiapieles"; Jon Nieve se une al ejército salvaje por orden de Quorin Mediamano para burlar la muerte y descubrir las intenciones del Rey-Más-Allá-del-Muro; Arya prosigue su accidentado camino hacia las tierras de los ríos y Sansa sigue cautiva tras los muros de la Fortaleza Roja de Desembarco del Rey.  Mientras, Tyrion, desfigurado tras la batalla contra las huestes de Stanis Baratheon, queda relegado del cargo de Mano del Rey en favor de su padre, que forja una nueva alianza con Altojardín concertando el matrimonio de Joffrey con Margaery. Lejos de Poniente, Daenerys y sus dragones marchan rumbo a Pentos al encuentro de Iliryo Mopatis, pero por consejo de Jorah Mormont decidirá hacer escala en la Bahía de los Esclavos en busca de espadas que le ayuden a someter los Siete Reinos.

Como protagonistas e hilos conductores de Tormenta de Espadas repiten la mayoría de personajes de sus antecesoras: Tyrion y su cínica visión sigue siendo el protagonista para su gozo y pesar de los momentos más brillantes de la novela; Jon Nieve por fin ayudará a tener información objetiva y de primera mano del pueblo salvaje. Al elenco habitual se incorporan dos personajes la mar de interesantes: Samwell Tarly, miembro de la Guardia de la Noche y amigo de Jon, testigo de la disolución de la avanzadilla comandada por Mormont; el otro personaje es ni más ni menos que Jaime Lannister, que sufrirá lo indecible para intentar regresar a Desembarco del Rey acompañado de Brienne y que se encargará de desmitificar la imagen de deshonroso y despiadado que el resto de habitantes de Poinente y el lector cargan sobre su espalda.

Todos los preparativos, toda la mesura y monotonía que caracterizó a Choque de Reyes sirvieron para dar paso a esta explosión de literatura de quilates. Esta es sin ninguna duda la mejor novela de la serie, en la que Martin saca toda su maestría y pone patas arriba todo Poniente de la manera más insospechada: con dos bodas, de color rojo y púrpura cada una de ellas. Ambas nupcias sacan a relucir muchas de las señas de identidad de la serie: la traición, la conspiración, la venganza, el oportunismo... Resulta cruel y sorprendente el final de muchos personajes que se intuían importantes para la configuración del nuevo mapa de Poniente. Y mucho más cuando el desencadenante de tan abrupto final es una acción mínima, en principio carente de importancia y pasada por alto. También resulta gratificante ver que por una vez el genuino malvado recibe justo castigo para alivio incluso de sus aliados.

A pesar de ser una novela basta y densa, llena de personajes que vienen y van, que viven y mueren, las principales características que la define son su agilidad y oportunismo. Ágil porque el lenguaje usado es sencillo pero inteligente para que nadie se quede atrás y porque el pasar de las páginas se produce con mucha rapidez. Oportunista porque sabe presentar a un nuevo personaje o precipitar una acción o un hecho en el preciso momento en el que podría producirse un estancamiento de la historia, y así conseguir que el interés por saber qué pasará suba y suba sin freno. Aun así, sigue siendo agotador el sufrimiento por ciertos personajes que caen simpáticos, a los que siempre les sale cruz al lanzar la moneda al aire, y la continua visita de la parca a un sinfín de personajes de gran o poco importancia. Ahí surge una cuestión capital: ¿no caerá la calidad de la serie con el deceso de tantos personajes carismáticos y acumuladores de poder e influencia, ya sean "buenos" o "malos"? ¿Serán capaces los nuevos personajes de sustituir con brillantez a los desaparecidos? Tal vez en Dorne esté la respuesta.

Puede decirse sin lugar a dudas que Tormenta de Espadas es la novela definitiva de Canción de Hielo y Fuego. Al menos hasta que Martin decida sacar de su cabeza y de su vetusto ordenador una nueva dosis de magia en las dos -o tres- novelas que completarán la saga.

4 comentarios:

  1. Y yo todavía por el primero desde hace mucho. Tengo muchas ganas de seguir leyéndolo pero entre unas cosas y otras el primer libro me ha llevado más de un año (y aún no terminado). Pero tengo muchas ganas de seguir y llegar al tercero, ya que solo he visto las dos primeras temporadas de la serie y son *O*

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    1. Yo ya me las he leído todas, pero voy a paso de tortuga con las reseñas. En cuanto termines de exámenes y tal métele caña y en nada te las has leído todas.

      A mí la serie de televisión me parece una castaña, pero no me hagas caso, soy la excepción que confirma la regla XD

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  2. Una pena que no me guste Juego de tronos ;_;
    Aun así ha sido una buena reseña :D

    ¡Un abrazo!

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